La
córnea es un tejido transparente que ocupa la porción más anterior del ojo. Su
forma es elíptica, con un borde que se llama limbo esclerocorneal que la separa
de la esclera, una cara anterior convexa que a través de la película lagrimal
está en contacto con el ambiente cuando los párpados están abiertos y una cara
posterior cóncava en contacto con el humor acuoso de la cámara anterior. Su
diámetro va de 11 a 12 mm. Su grosor central es de un promedio de 520 mm,
engrosándose hacia la periferia para llegar a los 670 mm.
Las capas de la córnea son cinco, desde fuera hacia adentro: epitelio corneal, capa de Bowman, estroma corneal (la capa más gruesa), membrana de Descemet y endotelio corneal.
Las capas de la córnea son cinco, desde fuera hacia adentro: epitelio corneal, capa de Bowman, estroma corneal (la capa más gruesa), membrana de Descemet y endotelio corneal.
La córnea es avascular, recibe glucosa principalmente desde el humor acuoso,
oxígeno desde el aire a través de la película lagrimal y oxígeno y nutrientes
desde los vasos conjuntivales de la periferia corneal.
La inervación corneal está dada por la rama oftálmica del nervio trigémino. La córnea es una estructura muy sensible, al tocarla se produce el reflejo corneal, que consiste en el cierre de los párpados, la rama aferente de este reflejo es el nervio trigémino y la rama eferente es el nervio facial. El reflejo corneal se puede explorar con un filamento de algodón.
La inervación corneal está dada por la rama oftálmica del nervio trigémino. La córnea es una estructura muy sensible, al tocarla se produce el reflejo corneal, que consiste en el cierre de los párpados, la rama aferente de este reflejo es el nervio trigémino y la rama eferente es el nervio facial. El reflejo corneal se puede explorar con un filamento de algodón.
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