La retina se ubica entre la coroides y el cuerpo vítreo. Se divide en
dos porciones, el epitelio pigmentario retinal (próximo a la coroides) y la
retina neurosensorial (próxima al vítreo).
En la retina neurosensorial se encuentran los fotorreceptores, las células
bipolares, células ganglionares, interneuronas (células amacrinas y
horizontales) y células gliales.
Los fotorreceptores pueden ser conos o bastones. Los bastones son sensibles a
la luz incluso en condiciones de baja luminosidad, pero no son capaces de
diferenciar los colores.
Los conos requieren mayor luminosidad que los
bastones, pero son capaces de discriminar los colores. De acuerdo al color que
perciben existen tres tipos de conos: azul, verde y rojo, cada uno de ellos con
una opsina o proteína visual diferente. Los conos son más abundantes cerca de
la fóvea y son los únicos fotorreceptores de la foveola.
En los fotorreceptores
se produce la amplificación de la señal luminosa y su transformación en un
gradiente electroquímico, a este fenómeno se le denomina transducción visual.
El fotorreceptor sinapta con las células bipolares.
Las células bipolares, a su
vez, sinaptan con las células ganglinares.
Aunque la vía sencilla para ilustrar el paso de la señal visual a través de la
retina es fotorreceptor – célula bipolar – célula ganglionar, entre estas
células y las células amacrinas y horizontales hay complejas conexiones, de
manera que la retina funciona no sólo como transductor y conductor sino que
también produce un importante procesamiento de la señal visual.
Esto queda
ilustrado claramente al comparar el número de bastones y conos que hay por ojo,
120 millones y 6 millones respectivamente, con el número de axones del nervio
óptico, un millón doscientos mil aproximadamente.
Los axones de las células ganglionares forman primero la capa de fibras
nerviosas de la retina y posteriormente se reunen constituyendo el nervio
óptico. El 85 % de estas fibras son visuales y se dirigen al núcleo geniculado
lateral, la mayor parte del resto son fibras que intervienen en el reflejo
pupilar y terminan en los núcleos pretectales del mesencéfalo, una minoría de
las fibras van a otros subnúcleos.
La irrigación de la porción más interna de la retina proviene de la arteria
central de la retina y la irrigación de la porción más externa, especialmente
de los fotorreceptores, proviene de la coroides.
Normalmente el epitelio pigmentario retinal y la retina neurosensorial están
unidas y entre ellos hay un espacio virtual llamado espacio subretinal. La
separación del epitelio pigmentario retinal de la retina neurosensorial se
llama desprendimiento de retina y en estos casos el espacio subretinal se hace
real. El desprendimiento de retina es una urgencia porque los fotorreceptores
quedan separados de su irrigación (proveniente de la coroides) y en poco tiempo
se puede producir daño irreversible de ellos.
La retina no tiene la misma sensibilidad en toda su extensión, la parte de
mayor importancia visual es la mácula, siendo la sensibilidad máxima en su
centro, conocido como fóvea por constituir una pequeña depresión.
La periferia de la retina colinda con el cuerpo ciliar y el límite entre ellos
se llama ora serrata.
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